VÍCTIMAS DEL ROBO DE NIÑOS
Colgado al teléfono comienza otra jornada de este ingeniero reconvertido en detective. Busca al mellizo de su hija Ana que supuestamente falleció durante el parto en noviembre de 1977.
Cuando en febrero se presentó la demanda de cientos de afectados en la Fiscalía General del Estado, decidió hurgar en sus documentos para quedarse tranquilo. Nada. Luis no encontró ni rastro oficial de aquel bebé. Ni fue inscrito, ni está enterrado. Ni siquiera consta su alumbramiento.
Con los papeles en la mano, Luis lo tiene claro: "mi hijo está vivo, tiene que estar en algún sitio".
Su investigación se encontró con un muro. Oficialmente la búsqueda había terminado. Pero él no se dió por vencido. "Ví que no había manera, oficialmente y decidí que me las tenía que componer yo solito", asegura. Dicho y hecho.
Ha colgado en la red una página web e incluso ha conseguido un listado de todos los españoles nacidos el 20 de noviembre de 1977. En total 70 hombres a los que llama o visita personalmente para comprobar si pueden ser ese hijo al que no llegó a conocer y al que dejará de buscar "el día que no me queden fuerzas o que aparezca".
Podría no estar lejano ese día porque uno de los jóvenes a los que ha localizado es adoptado. Ya están cruzando sus perfiles genéticos y pronto sabrán si su búsqueda ha concluido.