PLAGA EN EL BAJO EBRO
Es una picadura rojiza, sangrante y que provoca inflamación. La mosca negra, un insecto que tan sólo mide unos seis milímetros y que con su insignificante tamaño está consiguiendo alarmar a los hosteleros de Tortosa.
Algunos empresarios de esta localidad han optado por servir en sus locales el refresco o cerveza acompañado de un spray repelente anti-mosquitos.
De este modo intentan captar más clientes hasta sus terrazas, ya que muchos a consecuencia de la plaga de mosca negra y de su dolorosa picadura optan por no ir a las terrazas.
Los aledaños del río Ebro son intransitables a media tarde y justo en ese punto se concentran un importante número de cafeterías y terrazas.
El año pasado 4.500 personas acudieron al médico en Tortosa como consecuencia de la inflamación y picaduras de este insecto.
La margen del río es el hábitat natural donde la mosca negra deposita sus larvas y aunque desde el ayuntamiento están vertiendo insecticida biológico, lo mejor para darse un paseo por la zona es embadurnarse de crema.