Barcelona
La protesta de los basureros afecta a cinco localidades del Penedès, la principal zona productora de cava en el mundo. Este lunes, el Ayuntamiento retoma las negociaciones para tratar de llegar a un acuerdo.
Las bolsas de basura se acumulan en las calles de Sant Sadurní d’Anoia (El Penedès), en Barcelona. El pasado 30 de septiembre el servicio de recogida de residuos convocó una huelga indefinida. Este lunes, el Ayuntamiento, que ha decretado la alerta sanitaria, retoma las negociaciones para tratar de llegar a un acuerdo que solucione el conflicto laboral a través de un mediador de la Generalitat.
Durante el último fin de semana, el ayuntamiento de Sant Sadurní ha asumido la retirada de residuos acumulados en algunos "puntos de emergencia" y calles más estrechas. Algunas calles ya han recuperado la normalidad, pero la basura se sigue acumulando en la mayoría de ellas desde hace un par de semanas.
La protesta de los basureros afecta a cinco localidades del Penedès, la principal zona productora de cava en el mundo. Además de Sant Sadurní, donde tienen la sede empresas como Freixenet y Codorníu, la huelga también impacta en Torrelavit, Olèrdola, Sant Quintí de Mediona y Sant Pere de Riudebitlles. En total, hay unos 22.000 vecinos afectados.
Reivindican una mejora salarial
Los empleados de la empresa especializada en la manipulación de residuos PreZero, que tiene la adjudicación del servicio en el municipio hasta 2030, reivindican un aumento salarial del 3% y la mejora de las instalaciones. Los trabajadores siguen un paro que ha limitado la recogida de residuos -realizada por el sistema 'puerta a puerta'- a colegios, administración pública y centros sanitarios. El sistema de recogida 'puerta a puerta' está implantado en varios puntos del Penedès desde hace 15 años
Después de la reunión que mantuvieron el pasado viernes, se acordó solicitar la mediación del departamento de Empresa y Trabajo. La Mancomunitat Penedès-Garraf, por su parte, ha anunciado un expediente sancionador por el incumplimiento de los servicios mínimos y ha requerido a la empresa que adopte las medidas necesarias para evitar que la acumulación de residuos se convierta en un problema de salud pública mientras dure el conflicto.
En el centro urbano los montones son más pequeños, pero en las afueras se acumulan montañas con decenas de bolsas de basura, algunas abiertas y con desechos repartidos por el suelo. Los vecinos se quejan del olor y de que muchos animales e insectos acuden a los residuos, exponiéndoles a enfermedades. Por otro lado, hay algunos vecinos que apoyan a los trabajadores.