Salvavidas
El hombre, de 42 años, estuvo unos días en coma, pero ya está fuera de peligro.
Cristian Gómez llevaba ya una larga y agotadora tarde de turno en el gimnasio BeOne del barrio de As Lagoas, en la ciudad de Ourense, cuando de repente, mientras daba una de las últimas clases dirigidas a un grupo de usuarios, oyó gritos desesperados en la sala contigua de cintas de correr. Un hombre, de 42 años de edad, había caído desplomado de la cinta donde entrenaba y esta lo había expulsado violentamente al suelo. El varón estaba completamente inconsciente cuando Cristian se lo encontró por primera vez.
Todo ocurría alrededor de las 21:40 del jueves 26 de septiembre, justo cerca de la hora del cierre del gimnasio, cuando la atmósfera que antes era de energía y vitalidad se tornó en un ambiente de alarma y preocupación. Según los testigos de lo sucedido, el hombre acababa de llegar al gimnasio y llevaba solamente alrededor de dos minutos en la cinta. Acababa de llegar a las instalaciones y ese era su primer ejercicio. Varias personas en la sala empezaron a gritar pidiendo ayuda urgentemente, así que Cristian, como personal técnico del centro, acudió rápidamente, siendo el primero en actuar en medio del caos.
"El hombre tenía la mirada perdida", cuenta Cristian con seriedad. "Entonces lo coloqué en posición de seguridad, de lado, y empecé a reanimarlo", explica, recordando la situación crítica. Su voz denota la tensión del momento. La rapidez de sus acciones era crucial en esa situación de emergencia.
Poco después, el hombre entró en disnea, respirando cada vez menos y de forma muy irregular. Fue entonces cuando varios de sus compañeros, en un acto rápido, trajeron el DESA, el desfibrilador semiautomático, para intentar que el hombre volviese a respirar y recuperara su consciencia. Cristian, que cuenta con cursos de socorrismo y además tiene la titulación de Técnico Superior en Actividades Físicas y Deportivas, menciona con humildad: "Una cosa es estudiar esto y otra muy distinta es verte en el momento, enfrentándote a la realidad". Menos mal que al joven no lo paralizó el miedo o la impresión en ese instante tan crítico.
"En ese momento, ya no sabes si el tiempo se te pasa rápido o lento", explica Cristian con una mezcla de emoción y seriedad. "Aquí se me hizo un mundo, pero cuando llegué a casa, me di cuenta de que había sido todo muy rápido", sigue reflexionando. Mientras lo reanimaban, manteniéndolo con vida a toda costa, llegaron rápidamente los servicios de emergencia, que se hicieron cargo de la situación.
Según lo que ha podido saber Cristian después del incidente, el hombre estuvo un par de días en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pero ahora ya se encuentra consciente. Los servicios médicos han informado a Cristian que lo más probable es que el hombre logre recuperarse por completo, vuelva a hacer vida normal y no tenga ninguna secuela significativa de este trágico suceso. El mal rato, claro, no se lo quita nadie, pero la rápida intervención de Cristian se tornó crucial para salvar la vida del usuario.
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