COMO EN CASA EN NINGÚN SITIO
Hasta ahora la falta de recursos económicos condicionaba la emancipación, sin embargo, un estudio revela que las comodidades y la permisividad de muchos progenitores hace que los jóvenes no tengan prisa por irse de la casa de sus padres.
La mitad de los jóvenes de entre 18 y 34 años siguen en el domicilio familiar, y aunque a pripori la razón es económica, lo cierto es que las relaciones familiares han evolucionado.
Lo cierto es que ambas partes de la familia han cambiado. Los hijos acatan perfectamente las reglas del juego y eso les ayuda a ganarle la partida a la convivencia con los padres.
Los padres por su parte, son mucho más permisivos: el 80% de los jóvenes puede quedar con sus amigos en casa. Tampoco tienen dificultades para llevar a sus parejas, ya que el 85% de los padres lo permite.
A pesar de dicho estudio, y aunque las comodidades del hogar familiar atraen, la mayoría asegura que es su maltrecha economía la que les obliga a vivir con sus padres.