EL GANADO RECIBE ALIMENTO POR HELICÓPTERO
El helicóptero del Departamento de Agricultura y Medio Ambiente que participa en la operación no parará hasta trasladar como mínimo 30 toneladas de pienso, además de medicación, para 700 terneros y 1.650 vacas. Tienen que repartirse en las explotaciones ganaderas aragonesas arrasadas por el Ebro.
Por otro lado, desde la Dirección General de Salud Pública, del Departamento de Sanidad Bienestar Social y Familia, y desde Sanidad Animal, del Departamento de Agricultura y Ganadería, se están extremando las medidas necesarias para garantizar la salud pública.
En Remolinos, a unos 40 kilómetros de Zaragoza, río arriba, algunas fincas llevan aisladas casi una semana. En algunos casos han perdido 900 reses, la mitad de todos sus terneros y ven muy difícil salvar al resto. Para abordar esta situación se están barajando distintas opciones, incluso se ha pedido la colaboración del Regimiento de Pontoneros, que este mismo viernes ha estado estudiando la situación sobre el terreno.
Con el agua hasta el cuello, la única opción de acceder a las instalaciones es en lancha. En una granja de cerdos urge retirar a los animales muertos. Hay que evitar focos de infección que el agua contaminada puede expandir.
Hasta ahora el personal de la empresa pública SARGA ha retirado unas 7.000 de las 10.000 cabezas muertas entre cerdos, corderos y ganado vacuno.
A lo largo de este viernes se han retirado ya 1.400 cadáveres de Villafranca, Remolinos y Nuez de Ebro, a los que se suman los 6.000 que se han retirado en días anteriores en Gallur y Boquiñeni. Los 4.000 animales restantes se podrían recoger en lo que resta de la jornada de este viernes y, en cualquier caso, se confía en poder terminar los trabajos a lo largo de este sábado.
Se trabaja contrarreloj y por el momento con buenos resultados. Los agricultores también han hecho recuento: 14.000 hectáreas de cultivo inservibles.
En los lugares y poblaciones donde se han producido inundaciones y muertes de animales hay desplazado un equipo de profesionales, entre los que se encuentran veterinarios, un patólogo animal, expertos en seguridad alimentaria y farmacéuticos para realizar sobre el terreno una valoración de la situación para comprobar el estado actual de las explotaciones ganaderas y de los animales vivos.
Además los farmacéuticos deben realizar en la zona todos los días y hasta nueva orden análisis bacteriológicos y microbiológicos de las aguas.