HAN VUELTO A ESPAÑA DESDE NEPAL
Tras ONCE días de misión, ya no había esperanza de encontrarles con vida. Traen rostros de cansancio y, sobre todo, de tristeza. Los 47 miembros de la Unidad Militar de Emergencias y 12 guardias civiles regresan de Nepal con una cierta frustración.
“Volvemos con la pena de no haber podido recuperar a nuestros compatriotas, que se han quedado allí, en la montaña”, asegura Luis Martínez, comandante de la UME.
Una montaña, la del valle de Langtang, que se tragó a centenares de personas. Quizá también a Ergidio, Ángel, Sabino, Jesús, Isabel y Miguel, los seis españoles que permanecen desaparecidos 17 días después del primer terremoto.
“El valle esta arrasado, desolado, cuando uno lo pisa, la imagen es como la puerta del infierno”, dice Martínez.
Acostumbrados a rescates en alta montaña, los guardias civiles nunca se habían enfrentado a lo que han visto en Nepal. Por videoconferencia tuvieron que explicar a las familias de los desaparecidos que ya no había esperanza. Un momento en que brotaron las lágrimas.
“Al menos es gratificante poder hablar con los familiares y explicarles de primera mano lo que estábamos haciendo e intentar trasmitirles lo que hemos vivido nosotros allí”, afirma el comandante Pedro Garijo, Director de la Escuela de Montaña de la Guardia Civil.
En el mismo avión llegaban otros cinco españoles a los que el terremoto pilló en el Himalaya. Pudieron comunicar con sus familias tres días después. Hoy ya están en casa.