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Volcán La Palma

Mileni, una de las afectadas por el volcán de La Palma que sigue en una casa provisional: "No tengo futuro"

La mayoría viven en casas contenedor o en cabañas de madera que les han facilitado como solución temporal, pero no saben por cuánto tiempo más.

Este 19 de septiembre está marcado para siempre en el calendario de todos los palmeros y palmeras. Hace tres años comenzaba la erupción del volcán Tajogaite, que entonces conocíamos como el volcán de Cumbre Vieja.

Tras unos primeros momentos de fascinación por el fenómeno, llegó el temor al ver las coladas de lava bajar por las laderas del Valle de Aridane, hacia las casas de los palmeros. Muchos fueron desalojados de sus casas, más de 6000 personas, algunos solo de forma preventiva. Lo que ocurriría después nadie lo pudo prever.

Las coladas de lava avanzaron inexorablemente hacia barrios como Todoque, uno de los núcleos poblacionales más densos del municipio de Los Llanos, donde cientos de casas fueron destruidas. Las imágenes de aquellas construcciones colapsando como la casa verde, o el derrumbe de la iglesia de Todoque, dieron la vuelta al mundo.

De aquel barrio hoy solo quedan piedras. Es abrumador ver el antes y estar allí viviendo el después. Sobre la lava aún se siente el calor del volcán, curiosamente destaca ese calor justo en el punto donde antes se ubicaba la iglesia.

Se trabaja ahora en reconstruir la antigua carretera de La Laguna a Puerto Naos, que pasaba por Todoque. Y mientras las palas abren camino y aplanan el terreno, muchos vecinos de esta zona sueñan con volver allí y construir ahora su nueva casa, encima de la antigua.

Muchos afectados siguen pendientes de recibir ayudas

Pero para construir es necesario tener fondos económicos, nos dice Mileni, una de las afectadas, que ella no ha recibido apenas ayudas y que solo podría pedir una hipoteca, pero “no sé tampoco si me la daría el banco”.

Mileni vivía en Todoque, desde hacía más de 40 años en una casa que tenía dos plantas, unos terrenos y hasta un estanque. Salió de allí sin mirar para atrás pero no pensó que no podría volver. Hoy en día, su residencia es una de las cabañas de madera que se han ubicado en El Paso para las familias afectadas.

Nos recibe con amabilidad pero su situación es dramática: “Es como si te quitaran tu pasado, tu presente y tu futuro”. Ahora mismo está de baja laboral por los problemas de salud derivados de esta situación de incertidumbre y desasosiego: “Yo no tengo ilusión por nada ya”.

Su futuro es incierto, como el de otros vecinos de ese mismo barrio de cabañas, o de los cientos que viven en las casa contenedor que hay en Los Llanos. Allí es difícil hablar con algún afectado porque nos cuentan que están cansados y desesperanzados.

Eva, una señora que tiene su casa en La Bombilla, zona a la que ahora no se puede todavía volver por la presencia de gases tóxicos, nos abre las puertas de su casa contenedor. Se siente allí muy sola, pero está agradecida por tener dónde vivir. Se distrae haciendo bisutería. Crea collares y pulseras y también personaliza su ropa añadiéndole lentejuelas… Echa mucho de menos vivir cerca del mar, pero sobrelleva esta situación lo mejor que puede: “Ahora no se puede volver, y tenemos que estar aquí”.

La Palma se recupera pero es un proceso lento, según los expertos. Explica Itahiza Domínguez, director del IGN, que “al tratarse de la mayor erupción histórica en la isla de La Palma en los últimos 500 años, fue una erupción muy masiva y las coladas tardarán en enfriarse muchos años más”.

Este 19 de septiembre marca el día en el que las vidas de los palmeros y palmeras cambiaron para siempre, una fecha que los afectados directos por el Tajogaite, tienen marcada en su calendario y preferirían no recordar.

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