VENTA AMBULANTE EN LA PLAYA

Mercadillos ambulantes para irse de compras sin abandonar la toalla

Pulseras, gorras, bolsos o gafas están entre los productos que podemos obtener sin dejar de exponernos al sol.

Ya no hace falta desplazarse de la toalla para ir de compras. Las playas se han convertido en grandes comercios al aire libre.

La costa se convierte estos días en un mercadillo de servicios y productos. Los conocidos popularmente como 'lateros' son los más habituales. Todos los días invaden las playas españolas ofreciéndonos bebida fresquita en todo momento.

Pero el comercio ambulante playero no se queda aquí. Masajistas de origen chino ofrecen sus servicios a diario por la costa a tan sólo cinco euros el masaje. A pesar de no tener título, los turistas demandan sus prestaciones como si lo tuvieran.

Pulseras, gorras, bolsos o gafas están entre los productos que podemos obtener sin dejar de exponernos al sol. En la playa de la Barceloneta, en menos de 50 metros podemos hacernos desde tatuajes o trenzas para el pelo hasta comprar un vestido o darnos un masaje.

Para unos turistas es una molestia continua, sin embargo para otros una comodidad poder comprar o disfrutar de un masaje sin abandonar su ‘puesto’ en la arena.

Pero no todo son ventajas. La venta ambulante era penalizada con una multa de hasta 500 euros, y no sólo para el vendedor. El comprador también corre peligro.

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