SUS AGRESORES HAN SIDO CONDENADOS
"Soportar una sola hora de clase era un martirio, no podía". Es lo que nos confiesa Natalia. Todo comenzó con motes e insultos, después pasaron a las agresiones, incluso con el profesor presente, que no hizo nada: "Me lanzaron una silla a la cabeza".
La pesadilla seguía fuera del colegio, la seguían a casa: "Se ponían cerca de mi ventana, que vivo en un bajo, y tiraban piedras, me insultaban". Y la amenazaban: "Yo no llamé a la policía porque dijeron: 'si llamas, te matamos'".
Después de su experiencia, Natalia tiene un mensaje para los que sufren acoso: "Que no se callen, callarme fue lo peor que pude hacer, porque estuve mucho más tiempo del necesario sufriendo". Sus ocho agresores han sido condenados y tendrán que indemnizarla con 3.300 euros, además de tener una orden de alejamiento y realizarán trabajos en beneficio de la comunidad.