Abuso sexual
¿Cómo puede un maestro detectar que un alumno sufre abusos? Un grupo de universidades junto a la ONG 'Save the Children' lanza un proyecto para "formar" a los profesores de estos niños y ayudarles a combatir esta lacra.
La mayoría de los menores en esa situación son niñas, casi el 80 por ciento. Los menores empiezan a sufrir abusos muy pronto, a los 11 años de media. La mayoría de sus agresores son conocidos, del entorno familiar: padres, familiares, parejas de las madres. Ahora un grupo de universidades junto a la ONG 'Save the Children' lanza un proyecto para "formar" a los profesores de estos niños. Para que ellos enseñen a las víctimas a "denunciar" lo antes posible.
El objetivo es elevar la protección al menor con una sensibilización del profesorado. José Antonio García, investigador del Instituto de Derechos Sociales de la Universidad de Valencia, hace hincapié en que los profesores "no reciben formación sobre esta lacra. Ni en magisterio ni posteriormente y hay que darles herramientas". Primero es prevenir con mensajes como que nadie les puede tocar los genitales.
Después hay que detectar esos abusos por determinados comportamientos de los menores. Por ejemplo, apunta Andrés Conde de 'Save the Children', "cuando se aislan o utilizan lenguajes con o comportamientos sexuales impropios de su edad". Para los más pequeños es muy eficaz, cuenta Conde, ponerles a dibujar.
El proyecto 'Educa' de varias universidades y Ongs formará, de momento, a cien profesores y solo en Valencia pero la intención es que vaya a más. "La intención", nos dice García, "es que esos cien sean luego formadores de formadores". Para Conde, "es muy importante que en todos los centros exista esa concienciación de protección al menor". Para el siguiente curso será obligatorio que los centros tengan un coordinador dedicado a detectar todo tipo de violencia, también claro la sexual.
En España hay más de 6.000 denuncias por abuso sexual pero lo que preocupa es que muchas llegan tarde, cuando la víctima ya es mayor. Por eso se quiere luchar desde el entorno educativo para que no se sientan indefensos y que, sobre todo, el abuso no se extienda. Mejor, claro, si se puede prevenir con mensajes claros a los menores.