SE DENOMINA 'VICTIMIZACIÓN SECUNDARIA'
Kevin tiene 13 años y hace dos fue secuestrado. Ahora, ha declarado en el juicio contra sus captores durante quince minutos hasta que ante las preguntas de la fiscal, comienza a llorar tímidamente. Una policía primero, y su madre después, le abrazan para tranquilizarle.
Ello ocurre después de someterse a preguntas como éstas: "¿Cuantas pistolas viste?", "¿Por qué crees que te daban tranquilizantes? ¿Lo crees o lo sabes?", "Declaraste que la persona que apuntaba a tu madre era de verdad. ¿Lo recuerdas? ¿Cómo lo sabes?".
Kevin se ve obligado a recordar momentos como cuando le dijeron que le cortarían la lengua si hablaba.
Los juristas lo llaman victimización secundaria: un menor que ha sufrido un delito se convierte también en víctima del proceso judicial, obligado a declarar en varias ocasiones. "Si ya lo están superando, no les hagamos venir a que lo recuerden", considera Javier Polo, fiscal-jefe de Madrid.
En Madrid hubo un juicio por el secuestro e intento de asesinato de dos menores. Los tetsigo no tuvieron que acudir, bastó con reproducir la grabación de su primera declaración. Es el modelo que propone el Gobierno para reforzar la protección infantil.
"Que vaya el juez, que vaya el secretario judicial, que vaya el fiscal, que vaya el psicólogo y se grabe con una cámara, y que esa declaración primera sirva luego", añade Polo.
En la primera declaración que hizo Kevin tras ser liberado habló de forma relajada y espontánea, todo lo contrario que en el juicio. Es otro efecto a evitar, el bloqueo de un menor, obligado a declarar en un entorno al que no está acostumbrado.