Verano
Las previsiones apuntan a que los meses de julio y agosto pueden ser de los más calurosos de los últimos veranos. Prepara el ventilador, el agua y, por supuesto, platos refrescantes.
Aguacate con tartar de atún. Una fusión de grasas tremendamente saludables en un plato que rezuma verano. Sergio Hernández, del restaurante Las Viandas, en San Lorenzo de El Escorial, somete al aguacate a un toque de brasa, logrando aumentar sus matices y proporcionando una textura que nos recuerda a las parrillas de la época estival.
"Después troceamos el atún, en taquitos que no sean muy pequeños para que el cliente sienta la presencia de este producto tan alucinante. Yo empleo el lomo del atún que es el que mejor le puede ir a este plato", explica el cocinero.
Después lo mezcla con un poco de cebolleta, sésamo negro, alcaparras, zumo de lima, soja sin gluten y aceite de sésamo. "La porción de cada ingrediente va en función de los gustos de cada uno. Hay que tratar de no enmascarar el sabor del atún". Y así, en menos de 10 minutos, tenemos listo el plato.
Ensaladillas rusas y gazpachos
Decir verano es decir ensaladilla rusa. Una ingeniería de ensamblaje convertida por las madres en un plato de aprovechamiento vinculado al calor. Patata, mahonesa, atún y todo lo que la despensa sugiera a la creatividad del chef.
En Las Margaritas bautizan a la suya como 'ensaladilla rota' porque presentan la patata chafada. Lo coronan con un huevo frito que remata una faena destinada a rebañar hasta el último resquicio que quede en el plato. Magnífica.
Tampoco podría faltar un arroz o un gazpacho, esqueixada, zorongollo, ajo blanco, salpicón… O una buena carne o pescado a la parrilla. En esto último, Bittor Arginzoniz es el dueño del fuego en el asador Etxebarri. Lo suyo, ha contado más de una vez, es un trabajo artesano que comienza desde la selección de la madera. Y después todo lo demás.
El Cantábrico como escaparate
Entre brasas también anda Enrique Fleischmann en Txoko Getaria, cuyo negocio cumple 70 años abierto al público y con el Cantábrico como escaparate en sus platos y frente a sus mesas. Mucho ojito a sus pescados a la brasa. ¡Para pasar un verano de rechupete!