Perseidas
Cada año millones de aficionados a la astronomía buscan la mejor hora y el mejor lugar para ver la lluvia de estrellas de las Perseidas. Este año la lluvia de meteoros volverá a dejar imágenes espectaculares.
La espera dura un año pero nunca defrauda, es la lluvia de estrellas que reúne a millones de personas que no quiere perderse las Perseidas. Y cada año el espectáculo que ofrece la Naturaleza es grandioso. Las imágenes de las Perseidas están entre las más fotografiadas y grabadas de cada agosto.
A la caza de la mejor imagen de las Perseidas
Unos con la cámara, otros con telescopios, y todos con muchas ganas de ver por primera vez o de repetir la experiencia de asistir a la lluvia de estrellas más famosa, las Perseidas. Millones de aficionados a la astronomía buscan la mejor hora y el mejor lugar para ver la lluvia de estrellas de las Perseidas. Aunque en realidad no es una lluvia de estrellas. La NASA lo califica como una de las lluvias de meteoros más importantes del año. Este año la lluvia de meteoros volverá a dejar un espectáculo único.
Los cazadores de Perseidas tendrán oportunidad de ver entre 50 y 100 meteoros a la hora, el hecho de que sea en verano en el hemisferio Norte facilita la observación. En estas fechas la Tierra pasa a través de una nube de polvo que desprende el cometa Swift-Tuttle cuando se acerca al Sol. Los meteoros entran en la atmósfera terrestre a más de 200.000 kilómetros por hora. El efecto de esa entrada para nuestros ojos es esa lluvia de Perseidas que resulta fascinante.
Lo que fotografiamos son en realidad fragmentos muy pequeños del cometa pero que llegan a alcanzar los 5000 grados centígrados y que terminan desintegrándose a unos 100 kilómetros sobre nuestras cabezas. Es dificil creer que los trocitos más pequeños son como granos de arena y los más grandes como guisantes.
Un espectáculo que asombra desde hace siglos
Las Perseidas siempre han asombrado a los hombres aunque las primeras noticias se remontan a la Edad Media. Entonces el fenómeno tenía tintes místicos. la Iglesia católica lo reflejó como las lágrimas de San Lorenzo en alusión al martirio del santo allá por el año 258, el día 10 de agosto.