EN 10 AÑOS HAN AUMENTADO UN 126% LOS DIVORCIOS ENTRE MAYORES

La mayor esperanza de vida y la pérdida de religiosidad duplican el divorcio a partir de los 60 años

En relaciones en las que ambos miembros tenían 60 años o más ha habido un aumento de disoluciones matrimoniales, que han pasado de 1.908 en 2005 a 4.458 en 2014.

La pérdida de relevancia de los discursos religiosos, la mayor esperanza de vida y la creciente tendencia social a no hacer de la familia el único ámbito de apoyo social han provocado que en los últimos diez años el divorcio de parejas de más de 60 años haya crecido un 126% en España.

Al menos, esta es la explicación que da la antropóloga de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Begoña Enguix, a las cifras oficiales del INE, que indican que en 2005 hubo en España 3.636 rupturas matrimoniales en las que alguno de los cónyuges tenía de más de 60 años, mientras que en 2014 fueron 8.205, más del doble.

Las cifras del INE también muestran cómo en relaciones en las que ambos miembros tenían 60 años o más ha habido un aumento de disoluciones matrimoniales, que han pasado de 1.908 en 2005 a 4.458 en 2014. Según Enguix, "las relaciones han cambiado mucho en los últimos 40 años porque las personas que hoy en día tienen 60 años seguramente están casadas desde hace 35, y es posible que ahora quieran desligarse de la relación no sólo porque sufren el desgaste del tiempo sino también porque quieren liberarse de las presiones bajo las que se casaron y los modelos de género tradicionales".

Algunas mujeres mayores se cuestionan los patrones de subordinación femenina de hace 30 o 40 años, explica la experta, y buscan nuevos modelos de relación y realización propia. En el caso de los hombres, según el sociólogo de la UOC Francisco Núñez, las motivaciones suelen diferir porque "ellos, cuando llegan a esa edad, están más satisfechos con su vida, pero creen que aún pueden encontrar una mejor después del divorcio".

En los casos de parejas que no han mostrado grandes desavenencias previas, a menudo los hijos viven el divorcio desde la perplejidad. "Siempre han visto juntos a los padres y han olvidado que son dos personas que tienen una relación que puede o no avanzar satisfactoriamente", señala la profesora de Psicología de la UOC Montserrat Lacalle.

Ha apuntado que muchos de estos hijos viven las separaciones de sus coetáneos con normalidad, pero, sin darse cuenta, no consideran la esfera sentimental de los padres de la misma manera porque "piensan que los padres no están legitimados para cambiar y en los casos de parejas que han vivido desavenencias o conflictos, se puede vivir como la culminación de un hecho sorprendente". En cualquier caso, según Lacalle, las consecuencias estarán en función de cómo lo viva cada miembro de la pareja.

"Si la persona cuenta con el apoyo de otros miembros de la familia o tiene una red social con quien relacionarse, no tiene por que aumentar el aislamiento; pero si estos vínculos familiares y sociales no han existido o no se fomentan en el momento de la separación, el riesgo de aislamiento se incrementa", según Lacalle. Los matrimonios en que al menos uno de los cónyuges tenía 60 años o más también se han incrementado durante esta década: 1.013 mujeres y 3.175 hombres en 2005, y 2.025 mujeres y 5.850 hombres en 2014.

"Hay muchas relaciones que no acaban funcionando y cuando una persona acaba harta de su manera de vivir es más fácil redescubrir el amor en otra persona", ha afirmado Enguix. Según la antropóloga, el aumento de la esperanza de vida hace que se miren las edades con nuevos ojos, a pesar de que haya muchos estereotipos sociales sobre las edades "convenientes" y un fuerte tabú sociocultural sobre este tipo de relaciones en edades avanzadas.

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