Volcán de La Palma
Matías Prats ha recorrido una zona en la que las casas están sepultadas por la ceniza del volcán de La Palma. Además, ha acompañado a los técnicos que se encargan de la medición de gases.
Matías Prats se ha acercado a una zona en La Palma donde ha cambiado por completo el paisaje y la vida de los vecinos. Tras 3 meses de erupción, el volcán de La Palma no presenta signos observables de actividad, lo que quiere decir que la próxima semana se podría dar por finalizada la erupción del Cumbre Vieja. Sin embargo, sí que existe ahora la preocupación sobre la concentración de gases.
Por este motivo, científicos y militares miden las concentraciones de gases a cada paso que dan. El teniente coronel Gallego de la UME explica que en la zona en la que trabaja "han disminuido los niveles de dióxido de azufre, pero en otras siguen teniendo concentración sobre todo de monóxido de carbono".
Esto "ha sido el mayor inconveniente" por lo que siempre van acompañados de un equipo de medición de gases. Carmen López, vulcanóloga, explica que el peligro reside en que los gases "se han podido quedar atrapados en el interior de las casas, sótanos y edificios cerrados".
Por este motivo hay que ir "casa por casa y habitación por habitación" para comprobar que todo está correctamente. Puede ser el fin, pero López asegura que "hay que tener precaución" y por eso se va a esperar al día 25. "Lo que sí sabemos es que llevamos más de 3 días sin signos observables de actividad", sentencia.
Ahora la misión es saber cuándo se podrán recuperar las casas y terrenos porque, aseguran, "hay trabajo para años". Aún así, todos los que trabajan en el volcán de La Palma insisten en la solidaridad y fortaleza de todos los vecinos y afectados.