Parroquias
Mateo celebra que el toque manual haya sido declarado patrimonio inmaterial de la UNESCO: "Lo veníamos reivindicando desde muy atrás".
Mateo Vázquez es considerado el campanero más joven de Galicia. Con tan solo 16 años toca las campanas en varias aldeas y se podría decir que esta pasión le viene casi desde la cuna: “Mi primera experiencia fue cuando tenía 3 años en mi parroquia de A Pobra do Caramiñal. Las cuerdas con las que se tocan las campanas no estaban recogidas y mi abuelo me dijo que cogiera yo la de la campana pequeña” rememora Mateo.
Desde aquellas, no se ha bajado de los campanarios y a su corta edad es capaz de distinguir hasta veinte toques de campana diferentes: “Si ardía un monte o una casa se tocaba a rebato, a fuego. Los días de fiesta también se repicaba, los domingos se repicaba pero menos que un día de fiesta para que la gente lo distinguiera. Para ir a misa también se tocaba, cuando muere alguien para anunciarlo… Hay muchos toques y cada uno significa una cosa” explica.
Mateo celebra que el toque manual haya sido declarado patrimonio inmaterial de la UNESCO: “Lo veníamos reivindicando desde muy atrás. Queríamos conseguir esa protección. Que la gente se interese más por esto. Que no piensen que la campana es un ruido y ya está. Que sepan que hay trabajo detrás” reivindica.
A pesar de esto no es muy optimista con el porvenir de esta profesión: “Si seguimos el camino que llevábamos hasta ahora yo creo que futuro no va haber. Antes en una parroquia había 20 personas que sabían repicar y ahora yo estoy para más de cuarenta”.