UN ESTUDIO SUGIERE "NO ESPERAR MÁS ALLÁ DE LOS 32 AÑOS"
El estudio lo llevó a cabo Nick Wolfinger, un sociólogo de la Universidad de Utah, y publicado por el, generalmente conocido como pro-matrimonial, Instituto por el Estudio de la Familia. En su conclusión, sugiere que la gente que se casa entre los 28 y los 33 tiende a divorciarse menos que los que lo hacen más pronto o, por el contrario, más tarde.
Contradice, de este modo, a una teoría que sostenían otros sociólogos que aseguraba una mayor estabilidad y éxito a aquellos que esperasen más para dar el paso y casarse.
Wolfinger analizó datos desde el 2006 hasta el 2010 y la Encuesta Nacional de Crecimiento Familiar desde el 2011 hasta el 2013. Encontró que la gráfica mostraba una especie de campana al revés. "Las posibilidades de divorcio caen en la edad de transición entre la adolescencia y los años cercanos a los 30", asegura. "Por cada año que pasan después de los 32, se incrementa en un 5 por ciento la probabilidad de separarse".
El sociólogo estadounidense asegura, por otro lado, que existen razones lógicas que amparan su teoría. "De los 20 a los 30 es un tiempo para iniciar una unión para toda la vida con alguien: las personas son los suficientemente mayores como para entender que se llevan bien con alguien y no están cegados por las hormonas, ya han hecho decisiones importantes en la vida y tienen responsabilidades".
Afirma también que "el tipo de personas que esperan a cumplir más de 30 años (entre 33 y 40) a casarse con otra persona, quizá no pretende que la unión salga bien".