YA HABÍA SUFRIDO AMENAZAS
Illona Mithell, que reside en la Sierra de Baza desde 2004 en una casa de campo con 173 hectáreas de terreno, siempre había permitido a los cazadores entrar a sus tierras para cazar faisanes, ciervos, jabalíes o conejos, entre otras especies. Todo cambió cuando creó un refugio para animales en su propiedad y decidió prohibir la caza en mayo de 2016. Desde ese momento ha sufrido intimidaciones y amenazas tanto a ella como a su hija de 11 años, según ha explicado a 'Daily Mail'.
Los perros que han muerto asesinados habían sido acogidos por la señora, que se dedicaba a rescatar animales abandonados. La matanza se produjo el pasado 7 de enero, cuando Mitchell se encontró a Dizzy, Coco, Maisie y Domingo con un disparo en la cabeza y a Jack con un disparo en el paladar. Además, un sexto perro ha desaparecido.
Además de la brutalidad contra los perros, uno de los diez caballos de Mitchell fue agredido y presentaba una profunda cuchillada en el ojo derecho