madrid
No solo perros y gatos, sino también conejos, periquitos o peces han aguardado cola desde las nueve de la mañana frente a la Iglesia de San Antón, en el centro de la capital.
"¿Y esta elegancia a qué se debe?", ha bromeado uno de los párrocos de la iglesia de San Antón ante los "múltiples modelitos" de las mascotas como el de dos yorkshire terrier, a los que no les faltaba un detalle en el conjunto: jersey morado con purpurina hecho a medida, bufanda y zapatos a juego. Maricarmen ha acudido por primera vez a la bendición con su mascota, Lola, una carlina, ya que son "familia" desde el pasado Día de Reyes y han querido ser bendecidas para celebrar "muchos años de amor juntas".
Algunas mascotas han recibido la bendición con más gusto que otras, como el mini pincher de Carla que, en cuanto le han caído las gotas de agua bendita del hisopo, no ha dejado de ladrar. Seis periquitos en una jaula no dejaban de batir sus alas y piar impacientes ante los ladridos de los perros pero Juan, su dueño, ha asegurado que pueden "estar un poco impacientes pero luego lo agradecerán".
Hay quien no ha tenido la oportunidad de traer presencialmente a sus mascotas, -porque están en otra ciudad o porque les daba miedo "estresarlos"-, pero han recurrido a otros métodos para recibir la bendiciones: fotografías con marcos de fotos de corazones o imágenes en el móvil. El padre Ángel, fundador de la ONG Mensajeros de la Paz y párroco de San Antón, ha sido uno de los principales protagonistas junto a las mascotas ya que no han sido pocos los feligreses que han pedido un "bendígame a mi también, padre" y hacerse una foto con él.
"Hoy es un día de felicidad y bendición para agradecer a las mascotas su amor y cariño", ha asegurado a Efe el padre Ángel. Dentro del templo, abierto las 24 horas del día, se han estado realizando misas cada hora y las mascotas también ha escuchado las eucaristías dedicadas a ellos; "las mascotas son la felicidad de la casa", ha afirmado el cura. A la salida de la iglesia, una cola de personas y mascotas querían adquirir los panecillos del santo, un tipo de pastas que recuerdan a los panes que un cuervo llevaba en su pico cuando San Antón visitó a otro ermitaño, San Pablo, como se puede ver en el cuadro de Velázquez,
"El primer ermitaño" (1634). Los campesinos rogaban al santo que protegiera a su ganado de las enfermedades y los depredadores pero, con el paso del tiempo, la bendición pasó a los animales domésticos. El ambiente festivo se ha adueñado de la calle Hortaleza donde los dueños de las mascotas han compartido sus trucos de cariños y cuidados mientras una orquesta animaba musicalmente el ambiente, algo que a algunos perros no les ha hecho demasiada gracia.
Como es tradición en cada festividad de San Antón, esta tarde se celebran las llamadas "vueltas del Santo", un desfile en el que animales y dueños recorren las calles del barrio de Chueca.