Volcán de La Palma
Vecinos de Los Llanos de Aridane, Tazacorte y El Paso vuelven a sus casas, que no habían sido derruidas por el volcán, pero se encontraban en zonas restringidas al paso.
"Después de tres meses, por fin, podemos volver a casa y la verdad que ilusión es lo que más hay ahora mismo, contento de volver", confesaba Abraham Rodríguez, uno de los casi mil palmeros que ha conseguido volver a su casa después de tres meses de erupción volcánica.
Hoy, más vecinos de Los Llanos de Aridane, Tazacorte y El Paso podrán volver a sus casas tras el fin de la erupción. Sus hogares no fueron derruidos, pero sí quedaron dentro de la zona de exclusión.
La situación a la que se enfrentan no es nada sencilla. Por delante les queda una larga tarea de limpieza y, en muchos casos, de reconstrucción.
Los vecinos que vuelven hoy a sus casas no podrán comenzar a habitarlas de forma inmediata. Hace falta limpiarlas de la abundante ceniza que cubre su interior, dado la inmensa expulsión de las mismas por parte del volcán.
Sin embargo, la alegría y la tranquilidad les invade: tienen la suerte de poder volver a su hogar. Saben que son afortunados y que otros vecinos no podrán volver a abrir la puerta de su casa nunca más.
La tarea de reconstrucción ya ha comenzado. De hecho, el pasado 27 de diciembre se trabajó para que los vecinos de la zona pudieran volver a tener agua, luz y recuperar las infraestructuras dañadas.
Las ayudas no llegan
A fecha 3 de enero, un total de 564 personas afectadas por el volcán de La Palma continuaban alojadas en hoteles y en 40 centros sociosanitarios de la isla.
Se calcula que la lava del volcán ha afectado a 1.628 edificaciones, dejando a unas 6.000 personas sin residencia. Muchas de ellas, incluidas familias enteras, siguen sin casa después de que el Gobierno solo haya entregado 30 nuevas viviendas.
Los vecinos denuncian que las ayudas prometidas por el Gobierno central y autonómico no han llegado o "lo han hecho a cuentagotas", lo que hace que tengan que sobrevivir a base de donaciones.
Son muchos los que hoy vuelven a casa, pero también los que continúan buscando un remedio para salir adelante al haber perdido todo cuanto tenían.