Audiencia Provincial Valencia
La Audiencia impone 20 años y 10 meses de prisión para un criador de caballos que mató a golpes a un empleado.
Condenan a 20 años y 10 meses de cárcel a un empresario que criaba y vendía caballos por matar a un trabajador al que vejaba, humillaba u mantenía en condiciones de esclavitud en su finca de Torrent, Valencia.
La sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia, que puede ser recurrida, recoge el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular al finalizar el juicio que se celebró los días 7 y 14 de este mes.
La magistrada considera probado que el acusado se aprovechó del estado de necesidad de la víctima, que era experto domador de caballos pero tenía una inhabilitación civil de las autoridades portuguesas, por lo que lo contrató pero sin firmar ningún contrato. En un principio acordaron 1.500 euros al mes, pero la cantidad se redujo hasta 200 euros mensuales (50 euros a la semana).
Además, recoge el escrito judicial que acabó sometido a "condiciones similares a la esclavitud": tenía que estar disponible para trabajar las 24 horas del día todos los días de la semana. También le golpeaba con palos o escobas causándole heridas, lo insultaba, le gritaba y lo humillaba. Le llegó a poner un cartel donde decía que era "un mentiroso y un hijo de puta" o le obligaba a andar de rodillas por la finca si cometía algún fallo.
Fue hace dos años aproximadamente cuando tras recriminarle una rotura en las cuadras, comenzó a agredirle con un palo, en presencia de otro empleado que los separó. Aunque horas más tarde, el dueño -y acusado- volvió para seguir golpeando a su víctima, aún convaleciente por la agresión anterior.
El otro empleado se encontró al agredido en un banco, balbuceando y echando espuma por la boca. Avisó al empresario y lo trasladó a un hospital, aunque ya era tarde y falleció por el camino. El acusado le comentó al personal sanitario que el fallecido era un vecino al que había encontrado inconsciente y les dio datos falsos.
La magistrada presidenta del tribunal del jurado justifica la pena impuesta al acusado por el homicidio por la conducta "realmente cruel, agresiva y abusiva" contra la víctima.
El hombre ha sido condenado a más de 20 años de cárcel por un delito de homicidio con la agravante de abuso de superioridad (penado con 15 años de prisión). El tribunal le impone un año y diez meses de cárcel por un delito contra la integridad moral, y cuatro años y multa de 6.000 euros por un delito contra los derechos de los trabajadores.
Además, deberá indemnizar con 100.000 euros al hijo del fallecido en concepto de responsabilidad civil por el perjuicio personal y los daños morales sufridos.