Testimonio
Marina es una superviviente de la violencia de género. Ha vivido en primera persona el maltrato y desde su vivencia y dolor analiza la vida de Jacqueline Sauvage y los paralelismos con numerosos casos de víctimas de violencia machista.
Jacqueline Sauvage vio que su padre maltrataba ya a su madre y en el juicio sobre el asesinato de su marido le preguntaban por qué no había denunciado, por qué había estado 47 años con él. Ella contestó que es que pensaba que eso era normal. Siempre había visto esa relación entre su padre y su madre y no esperaba algo distinto de su marido. Es el ejemplo de la normalización de la violencia.
Marina, víctima de violencia de género, explica que en el caso de Jacqueline Sauvage ve reflejada muchas de las situaciones y vivencias de las víctimas de violencia de género. "A mí, me insultó, me pegó, me quemó, me violó, me estranguló… y yo tardé 5 años, tras salir de esa relación, en decir en voz alta: Me ha maltratado”.
"Lejos, desde fuera, todo el mundo lo ve como tu maltratador. Pero desde dentro de esa relación es tu novio, lo intentas justificar todo", explica Marina.
Esa "mirada de lobo"
En la vida de Jacqueline Sauvage, reflejada en la tv movie que emite Antena 3, ‘Jacqueline Sauvage, ¿víctima o culpable?’, se refleja muy bien. "Ella cree que tiene algún control sobre cómo puede modificar su conducta y controlar sus estallidos y, de repente, te da con esa mirada de lobo y sabes que estás perdida. Eres solo una marioneta en su teatro", analiza Marina.
"Es tan difícil darte cuenta de que te has enamorado de un monstruo"
En base a su experiencia y a los datos oficiales, Marina hace un cálculo estremecedor. "El último estudio de la Subdelegación del Gobierno sobre violencia de género afirma que, entre 18 y los 25 años se tarda entre 2 años y 10 meses en identificar la violencia de género y poder poner una denuncia objetiva sobre lo que se ha vivido. Pero cuantos más años pasas en esa relación, más difícil es salir. De los 56 a los 65 años, la edad de Jacqueline Sauvage, se tarda entre 19 años y 8 meses en empezar a ser consciente de lo que se ha vivido".
Marina también consiguió ser libre un día.
"Todo lo que he contado lo perdoné, lo perdoné y me arrastré, en ocasiones, a pedirle perdón", recuerda. "Yo seguramente soy el ejemplo a no seguir. Yo nunca me atreví a denunciar". En su opinión, la inmensa mayoría de mujeres que sufren violencia de género no se atreven a denunciar. "Yo no salí, a mi me sacaron. Me sacó mi familia en el último de los extremos cuando él había llamado a toda mi familia diciendo que él se suicidaba, pero que antes me mataba", recuerda. "Y aún así, pensé que podía cambiarle, porque si algo intentamos es buscar humanidad dentro. Es tan difícil darte cuenta de que te has enamorado de un monstruo".
"El maltrato y el maltratador no está todo el día maltratándote, indultándote y pegándote. Al final, como dice el Círculo de Leonor Walker, la acumulación de tensión que son esas agresiones constantes que van destruyendo tu autoestima sin darte cuenta, de repente, hay un estallido de violencia. Al principio es maravilloso, los primeros meses puede ser una luna de miel y una relación idílica. Mi maltratador era voluntario de ONG y ayudaba a cruzar a las abuelitas y me decía: “Ves, anda ve y cuéntalo, a ver quién te cree, niñata”".
Marina explica cómo cada vez se está cada vez más encerrada y más sola. "Tienes cada vez menos estrategias para salir, esa indefensión aprendida te lleva a perdonar y perdonar hasta perder tu dignidad".
¿Cómo salió Marina?
Marina quedó con su pareja, con su maltratador, para hablar e intentar que él comprendiera la situación, que la relación se había terminado. Fueron 5 horas en las que Marina se ausentó para ir a hablar con él. Se vio en un descampado hablando con su maltratador. En el mismo descampado en el que tiempo antes le había dejado estrangulada e inconsciente.
La familia le esperó desesperada y pensó que le había pasado algo. Su madre le dijo que sus hermanos le estaban buscando por un descampado. “Yo entré en la habitación y vi a mi padre diciendo que no sabía la impotencia que era saber que iban a matar a tu hija y no poder hacer nada”.
"Lo más duro no es salir, es superar la violencia de género"
Marina insiste en que no salió de la relación, le sacaron. “A mí ya me había matado por dentro, que me hubiera matado ya me habría dado igual, pero salí por mi familia”.
En su opinión, lo más duro no es salir, es superar esa violencia de género. “Yo recuerdo darme la vuelta en plena calle y suplicarle que me matara porque era la mejor opción, no podía seguir con tanta presión”.
Esta película, ‘Jacqueline Sauvage, ¿víctima o culpable?’, lo que nos tiene que provocar es autocrítica. Qué estamos haciendo mal como sociedad y profesionales cuando solo 1 de cada 3 mujeres interponen denuncia, cuando la mitad abandona el proceso judicial, cuando de las denuncias que hay solo el 12 % se enmarca dentro del maltrato habitual, por qué mujeres que les roban el bolso no dudan en ir a poner una denuncia, pero si le maltratan no lo hacen
Si quieres participar en la encuesta ‘Jacqueline Sauvage, ¿víctima o culpable?’ puedes hacerlo aquí.