Estafas
María fue al banco a pedir un duplicado de su libreta y descubrió que para su banco había fallecido hacía dos años.
María descubrió a sus 84 años que estaba muerta cuando fue al banco a pedir un duplicado de su libreta. Ella había fallecido para la entidad bancaria hacía 2 años y su cuenta, en la que había unos 140.000 euros, estaba vacía porque un heredero había cobrado ese dinero. A partir de la 'falsa muerte de María' se inició una investigación para saber qué había pasado con los ahorros de la anciana y se descubrió que no era la única cuenta que se había vaciado. La investigación descubrió una red de falsos herederos que había desviado 2 millones de euros cuentas de personas fallecidas.
Según los investigadores, el caso de María ha ayudado a destapar una organización criminal "muy elaborada y casi perfecta" que funcionaba sobre todo gracias a la participación de un trabajador de la entidad financiera que se dedicaba a identificar cuentas corrientes de un mismo perfil: personas de edad avanzada, con una cantidad de dinero destacable, que no habían realizado movimientos bancarios durante largos periodos de tiempo y que no tenían herederos.
Ese trabajador bancario conocía perfectamente que hay titulares de cuentas bancarias que fallecen sin ponerlas a nombre de otros y que el dinero es de la entidad hasta que un heredero lo reclama.
Una vez elegida la víctima, se iniciaba otra etapa de falsificación de expedientes testamentarios del titular de la cuenta y, en último lugar, la red criminal captaba a una persona dispuesta a ir a la entidad bancaria físicamente haciéndose pasar por heredero para cobrar ese dinero y el banco realizaba el traspaso patrimonial a favor del presunto heredero.
Para la Unidad de delitos económicos de los Mossos d'Esquadra, la red cometió un error al dar por fallecida a María. Para el subinspector José Ángel Merino, "si no hubiesen tenido ese error, el fraude hubiese continuado", porque las falsificaciones estaban muy bien hechas y la trama estaba muy elaborada.
Los Mossos han detenido a nueve personas acusadas de delitos de estafa, falsedad documental y blanqueo de capitales. Habían generado un importante patrimonio y tenían vehículos de alta gama e inmuebles en zonas del Pirineo. La Policía calcula que la banda consiguió más de 2 millones de euros de cuentas de personas fallecidas con este sistema de fraude testamentario durante años. No se descarta que haya más víctimas.