Accidente en Angrois
La justicia los considera culpables de 79 homicidios y 143 delitos de lesiones por imprudencia. Impone además el pago de una indemnización de 25 millones de euros a las víctimas, de las que se harán cargo la aseguradoras de Renfe y del ADIF.
Un año después de que finalizara el juicio y apenas un par de días después de que se cumplieran 11 años de descarrilamiento, la jueza Elena Fernández Currás, ha hecho pública la sentencia penal por el accidente de Angrois.
La del Alvia, que se salió de la vía en una curva cerca de la estación de Santiago el 24 de julio del 2011, es una de las mayores tragedias ferroviarias que se recuerdan. Causó 80 muertos y 144 heridos y las víctimas no han dejado de pedir justicia en todos estos años.
La sentencia condena al ex cargo del ADIF, Andrés Cortabitarte, y al maquinista, José Francisco Garzón, a dos años y seis meses de cárcel por 79 delitos de homicidio y 143 delitos de lesiones por imprudencia grave.
Además de la inhabilitación para el ejercicio de sus profesiones durante cuatro años y medio. De forma subsidiaria, impone el pago de una indemnización de 25 millones de euros a las víctimas, con responsabilidad civil directa de las entidades QBE y Allianz Global, aseguradoras, respectivamente, de Renfe y del ADIF.
La magistrada considera acreditado que, además de la llamada de 100 segundos recibida por el maquinista, que hizo que se despistase, otra de las razones por las que el tren pudo llegar a la curva a una velocidad en la que el descarrilamiento era seguro -176 kilómetros por hora- fue que “no había nada en la vía que lo protegiese en caso de que, por cualquier causa, el maquinista no cumpliese la obligación que le imponía el cuadro de velocidades máximas de llegar a ese punto a 80 kilómetros por hora”.
Ambos, según el fallo, infringieron el deber de cuidado que sus cargos y responsabilidades les imponían, pues sus actuaciones en sus ámbitos "supusieron un incremento ilícito del riesgo de un resultado dañoso que estaban obligados a prevenir y capacitados para evitar; y que, por la importancia de los bienes jurídicamente protegidos puestos en riesgo, y que resultaron fatalmente lesionados, solo pueden ser calificadas como de graves".
"La palabra es satisfacción, después de 11 años de trabajo eso es lo único que podemos decir", asegura Jesus Dominguez, presidente de la Plataforma de Víctimas del Alvia.
Domínguez agradece la labor de los jueces, después de años de lucha. "Gracias a los jueces independientes. Por fin alguien ha hecho el trabajo. Tantas horas de empeño que hemos puesto y todos los viajes a Europa, han tenido por fin su recompensa", asegura.
Los mismo dice otro de los afectados, Cristóbal: "Estamos satisfechos, era hora de que se nos escuchase. Hemos pasado tanto porque ningún juez nos hacía caso, esto es ya un gran paso".
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