SEGÚN SEPRONA
El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil ha informado que hay un incremento del maltrato "brutal" a caballos dentro de la violencia contra los animales, que junto con los incendios, son el delito ambiental más numeroso.
Así, el capitán de la Jefatura del SEPRONA de la Guardia Civil Salvador Ortega ha confesado que está "sorprendido" por el aumento de los casos de maltrato a caballos en los últimos años, "probablemente a consecuencia de la crisis económica".
Respecto a este, ha dicho que los agentes se están encontrando "distintas formas de maltrato brutal", que van desde el abandono absoluto de las explotaciones ganaderas o de los caballos, cuya manutención diaria tiene un elevado coste.
"Probablemente se produce no por provocarles sufrimiento sino por no poder mantenerlos y los dejan de alimentar, los abandonan y los dejan morir, lo cual es la forma más extrema de maltrato, una de las conductas más graves, aunque no proceda de personas con un trastorno de conducta", ha indicado.
En el caso de los perros, lamenta que la sociedad está "más acostumbrada" a este tipo de casos, que relaciona más con patologías o trastornos conductuales. Si bien, considera que en el caso de los canes de caza y, en particular, en el de los galgos, las estadísticas del SEPRONA distan mucho de la realidad que dibujan algunas organizaciones dedicadas a la defensa y la protección de los galgos y otros perros de caza.
También se ha referido a otro delito contra la fauna, el tráfico de especies exóticas que, aunque no lo es "por las grandes cifras" sí por ser "de grandes operaciones esporádicas". De hecho, una veintena fueron investigados en 2015 y durante el primer semestre de 2016 se han producido dos.
Por otro lado, ha hablado del segundo delito ambiental más numeroso en España, los incendios, en los que divide el territorio nacional entre Galicia, León y Zamora, donde se aprecia un "índice de intencionalidad mayor" que en el resto de España, donde los más habituales son los fuegos por negligencia, sin intención de quemar. Por suerte, ha observado que hay una tendencia a la baja porque esta costumbre de quemar "se va corrigiendo".