Violencia vicaria
Se cumplen 10 años del crimen de José Bretón, condenado a 40 años de prisión después de acabar con la vida de sus dos hijos, Ruth y José. Tras una década desde que Ruth Ortiz perdió a sus hijos, lamenta que "no ha mejorado nada" en la atención a las víctimas de la violencia vicaria.
Este mes de octubre se cumplen 10 años desde que José Bretón asesinó a sus dos hijos, Ruth y José, en una finca familiar de la capital cordobesa, por lo que se le condenó a 40 años de cárcel. Actualmente, se encuentra preso en el centro penitenciario de Herrera de la Mancha, en Ciudad Real.
Por su parte, Ruth Ortiz, la madre de los pequeños, lamenta la "falta de apoyo y ayudas" que sufren las mujeres víctimas de violencia vicaria.
"Estamos totalmente desprotegidas"
En declaraciones a Radio Córdoba Cadena SER, Ruth Ortiz ha manifestado que tras 10 años "no ha mejorado nada" en la atención a las víctimas de la violencia vicaria. Asimismo, advierte de la falta de presupuesto y considera que "las víctimas no tienen protección" tras ocurrir los hechos.
"Estamos totalmente desprotegidas, no se cobran las indemnizaciones grandes que los asesinos no pagan y el Estado no se hace cargo de ellas", manifiesta. Además, apunta que no entiende por qué a las mujeres que han pasado por lo mismo que ella antes no estaban consideradas como víctimas.
"Para la ley y para la sociedad no eres víctima"
"Cuando empiezas a necesitar una serie de recursos y ayudas, te das cuenta de que para la ley y para la sociedad no eres víctima", asegura. Además, explica que desde que fue "consciente" de ello quiso "cambiarlo para que todas las mujeres que pasaran por lo mismo estuvieran reconocidas como víctimas de violencia de género".
Según indica Ruth Ortiz, cuando ocurrieron los hechos "no había ayuda psicológica" para atenderla y tampoco para su familia. "No hay nada real que a la hora de la verdad nos facilite la vida", por lo que señala tienen que "seguir viviendo con un dolor y unas circunstancias que no son normales".
A su parecer, las víctimas de la violencia vicaria deberían tener "preferencia en las bolsas de trabajo" porque "no estamos en las mismas condiciones que cualquier otra persona a la hora de acceder a un trabajo".