Agresión menor
El menor tiene secuelas psicológicas y no sale de casa desde que sufrió la agresión.
Un hombre golpeó hace un par de semanas a un niño de 12 años porque le molestaba el ruido que estaba haciendo al jugar con un balón en Estepona, Málaga. El puñetazo que le dio fue tan fuerte que el niño perdió el conocimiento durante unos minutos.
La Policía no ha detenido al agresor porque las lesiones eran leves. Desde el juzgado malagueño han pedido un informe forense para conocer con exactitud qué tipo de lesiones le ha dejado este puñetazo al menor de 12 años, que ahora se encuentra estable y se recupera de las contusiones.
Nerea Andrades, la madre del menor, asegura que el niño tiene secuelas psicológicas y necesita tomar medicación para poder dormir.
En una entrevista para Antena 3 Noticias, esta mujer ha explicado que el menor tiene miedo continuo y pesadillas. "Mi hijo no puede vivir sin salir de casa mientras el agresor está debajo", ha aseverado. Y es que el hombre continúa viviendo al lado de la víctima. Según ha apuntado la madre, su hermana y su madre se lo cruzaron ayer por la noche y tuvieron un encontronazo con él. Al parecer es una persona agresiva y ha tenido problemas con más vecinos.
No es la primera vez que este vecino le declara la guerra a los muchachos que juegan al fútbol en la calle. "Vive en un bajo y le molesta el ruido, por eso le digo a mi hijo que jueguen en horas posteriores a la siesta y hasta que esté permitido por las normas de la urbanización", aseguró la madre del menor hace unos días ante las cámaras de Atresmedia.
Los hechos sucedieron el pasado viernes 10 de noviembre sobre las seis de la tarde, cuando el menor salió a jugar con la pelota de fútbol con sus compañeros. Se estaban pasando el balón unos a otros cuando un vecino se le acercó.
El menor se dio cuenta del tono amenazante del hombre. El individuo, ya conocido en la urbanización por su comportamiento conflictivo, les gritó previamente que dejaran de hacer ruido. "¿Qué pasa, es que tú eres el más chulo del barrio?", le espetó mientras le encaraba. El joven pidió a su amigo que grabe con el móvil porque temía que algo puede ocurrir. Acto seguido el vecino, un hombre de 38 años, le propinó un puñetazo en la cara. Íker cayó desplomado, inconsciente, sobre el pequeño muro en el que estaba apoyado.