ASEGURA QUE ES INOCENTE
"Mi hijo es inocente", clama la madre de Jorge Fernández, esposo de Pilar Garrido y acusado del asesinato en México de la joven española, quien asegura que su hijo es un chivo expiatorio porque el Gobierno estaba "muy presionado por la prensa internacional".
En una entrevista con Efe, Adriana González pide a las autoridades del norteño estado de Tamaulipas investigar la vinculación del crimen organizado con el homicidio de Garrido. El caso de Pilar Garrido, desaparecida el 2 de julio en Tamaulipas y hallada muerta semanas después en un descampado, dio el martes un vuelco de 180 grados cuando el fiscal estatal, Irving Barrios, anunció la detención de Fernández como probable responsable del asesinato.
Según la versión inicial de Fernández, la pareja regresaba a Ciudad Victoria, capital estatal, tras disfrutar de un fin de semana en el balneario de La Pesca con su bebé de un año, cuando los interceptó en la carretera un vehículo con dos hombres, quienes tras intentar robar el coche, terminaron llevándose a Garrido. Entre lágrimas, Adriana González explica que el criminólogo mexicano "iba a recoger junto con su suegra los restos de su esposa", pero "lo engañaron citándolo ahí" para detenerlo. "Lo tuvieron incomunicado durante cinco horas", al cabo de las cuales le permitieron hacer una llamada a su familia, que estuvo presente en la audiencia inicial. "Fue una cosa increíble, ridícula, acusaciones y pruebas que no tienen valor, no tienen nada, solamente porque no hay culpables" señalan a Jorge, dice González, quien describe a su hijo como alguien "excepcional, estudioso, trabajador, amoroso con su esposa".
"Nunca hubo amenazas, ni golpes", algo que le consta a la misma mamá de Pilar -asegura- porque vivió con la pareja tanto en España como en Tamaulipas durante las visitas frecuentes que les hacía. En este estado "no hay hechos aislados", apunta sobre los elevados niveles de inseguridad que desde hace años se viven en esa zona del noreste de México, fronteriza con Estados Unidos. "Este es un problema estatal gravísimo en los últimos años", sostiene Adriana, quien lamenta que las autoridades no hayan ahondado en "otras líneas de investigación".
Sobre el argumento de la Fiscalía de que en la zona donde ocurrieron los hechos no ha habido denuncias de robos "ni de nada", dice que "la gente tiene miedo de denunciar". "Entendemos que el proceso legal (contra Jorge) es normal", pero "no es justo que nada más se fueron sobre él, no le dieron el beneficio de la duda", afirma entre sollozos y destaca que él "nunca se quiso amparar" porque "no tiene nada que esconder". "Creemos en la justicia de México y nuestro estado", afirma Adriana, quien también confía en el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, y en que su hijo saldrá de prisión.
"No está sentenciado, apenas va a empezar el calvario", apunta y agrega que está viviendo junto con su familia un momento "muy difícil", "horrible". Además, agradece la amplia búsqueda desarrollada para encontrar los restos óseos de Pilar el 26 de julio, aunque añade que las autoridades ya habían pasado por ese lugar "más de cinco veces y el cuerpo no estaba ahí".
También asegura que Jorge acudió a denunciar la desaparición de su esposa la misma noche del 2 de julio, no al día siguiente como sostiene la Fiscalía estatal, junto con su padre y su hijo, pero "allí no había gente capacitada" para tomarle declaración y le pidieron que regresara en la mañana siguiente.
Sobre los planes de vivir en España, señala que el objetivo era concretarlo en diciembre porque la pareja "tenía la ilusión" de que su hijo se educara allá, "lejos de la inseguridad" que se vive en Tamaulipas. Adriana cuenta que las autoridades entregaron el miércoles los restos de Pilar "en una bolsa de plástico con un número" a Rosa María, madre de la valenciana, quien está cuidando al menor en la casa de la pareja en Ciudad Victoria, y adelanta que celebrarán un misa en la memoria de la joven.