JUICIO EN BARCELONA
La madre acusada de permitir el asesinato de su hijo, dejándolo a cargo de un conocido a sabiendas de que lo maltrataba, ha asegurado hoy que está en contra del aborto y que por eso no interrumpió su embarazo, a los 18 años, pese a los consejos de médicos y familiares por su inmadurez.
Un jurado popular juzga desde hoy en la Audiencia de Barcelona a Yasmina F., para quien la Fiscalía pide 30 años de prisión por el asesinato por omisión de su hijo de nueve meses y por haber infligido maltratos continuados al bebé, agrediéndole físicamente e incluso suministrándole cocaína.
En el banquillo se sienta también un conocido de la acusada, Antonio F., que afronta 21 años de prisión por haber matado presuntamente a golpes al bebé la noche del 19 de enero de 2008, cuando su madre lo dejó a su cargo para irse de fiesta aunque, según la Fiscalía, sabía que lo había maltratado unos días antes.
Además de estos dos procesados, la acusación particular ejercida por la Generalitat y por el Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) mantienen cargos contra otras tres personas del entorno familiar de los imputados, por no haber impedido los maltratos que se infligían al bebé pese a tener conocimiento de ellos.
En su declaración en el juicio, la madre del bebé se ha exculpado de las acusaciones que se le imputan y ha afirmado que dejó al bebé a cargo de Antonio F. para irse de fiesta de noche porque confiaba en él y no sospechaba que pudiera hacer daño a su hijo.
La procesada, que según la Fiscalía no dio a su hijo los mínimos cuidados e impidió que lo hicieran otras personas, ha reconocido que cuando se quedó embarazada con 18 años algunos familiares suyos le recomendaron que abortara y que incluso los médicos le advirtieron de que era muy joven para hacerse cargo de un niño.
Pese a ello, la acusada no quiso interrumpir su embarazo porque, ha explicado, "para mí cada niño que nace es una ilusión, y yo estoy en contra del aborto". Yasmina R. ha admitido que no se ocupaba mucho del niño, porque trabajaba muchas horas cuidando a sus abuelos, por lo que la mayor parte del tiempo quien se hacía cargo era la pareja sentimental de su padre, imputada en la causa a petición de las acusaciones particulares.
"El niño siempre estaba bien atendido, y yo lo quería mucho", ha recalcado la procesada, que ha negado que le maltratara y que le drogara, pese a los informes forenses que revelaron que el menor presentaba indicios de haber consumido cocaína y de haber recibido palizas de forma continuada.
Según la versión de la procesada, cuando dos días antes del crimen dejó a su hijo a cargo de Antonio F., al que conocía por ser pareja de la madre de una amiga, observó que el menor tenía varias heridas en el rostro, pero se creyó las explicaciones del procesado de que se había golpeado con un juguete y con los barrotes de la cuna.
Dado que confiaba en Antonio F., dos días después no dudó en dejar al niño a su cargo, ha argumentado la procesada, que ha explicado que cuando volvió a casa a media noche notó frío al niño, pero se limitó a taparle con la manta y a regresar de fiesta porque no sospechó que le pasara nada malo.
Por su parte, Antonio F. ha negado también haber golpeado al menor, pero ha explicado que la noche del crimen el niño le resbaló de los brazos cuando lo bañaba y se golpeó con la pila del lavabo, aunque hasta horas después no se percató de su muerte. El procesado ha apuntado que, cuando la acusada le dejó al bebé para irse de fiesta, éste ya tenía heridas y otros indicios de haber sido golpeado.