VILLAMAYOR DE SANTIAGO
Las monjas han sido las encargadas de la educación de los niños, del cuidado de los ancianos y de otras múltiples labores sociales desde hace décadas en la localidad conquense de Villamayor de Santiago.
Sin embargo desde hace cuatro años no quedan religiosas en el pueblo, donde no quieren renunciar a las labores de la congregación, lo que ha llevado a los vecinos a recaudar una gran suma de dinero para restaurar el convento.
El convento cuenta con 25 habitaciones, comedor, cocina, una amplia huerta e incluso cuenta con un invernadero. Sin embargo, la estancia lleva vacía unos años debido a que las monjas franciscanas se tuvieron que marchar porque "eran todas mayores".
Los vecinos dicen echarlas de menos porque han vivido siempre con ellas y dicen sentirse "huérfanos" desde que se fueron a una residencia cercana a Villamayor.
Las antiguas hermanas del convento cuentan que "hay poca vocación en España" y matiza que de momento solo hay "una novicia".