EN PONTEVEDRA
Tumbados y dentro de un ataúd pero vivos. Así han celebrado en As Neves, en Pontevedra, la festividad de Santa Marta, una manera de dar las gracias a la Virgen por tener buena salud.
Esta procesión, que data de principios del siglo XVII, está considerada una de las más raras del mundo y este año ha cumplido el récord de personas que se han ofrecido para participar. 11 personas querían ser trasladadas en ataúdes, pero solo diez han podido lograrlo pues no había para todos.
Ni los 27 grados que ha habido durante la procesión ha frenado a los fieles a cumplir su promesa. Han visto la muerte muy de cerca y atribuyen su salvación a Santa Marta y para agradecérselo salen tumbados dentro de los ataúdes en los que habrían hecho su último viaje de no haber mediado la patrona.