RESCATE DE JULEN

Los psicólogos preparan a la familia y a los rescatadores para el momento decisivo

A medida que se acercan los momentos más complicados del rescate y, por lo tanto, también del desenlace, se pone a prueba la situación anímica de los familiares de Julen. También de los profesionales que están trabajando sin descanso.

Llevan 11 días esperando, mirando el pozo hora tras hora, sin dormir ni comer bien, tratando de mantener la esperanza y encajando cada nuevo obstáculo. Once días pensando en Julen sin saber cómo está. Y sobre todo, once días pensando en que quizás podrían haberlo evitado. "Estarán pensando que ocurra un milagro, básicamente, y pensando en lo peor", opina Juan Rodríguez, psicólogo jefe de la Unidad ISIS de Intervención.

Al cariño de los suyos, a las muchas muestras de cariño que están recibiendo es imprescindible añadir la compañía de profesionales. Filtran la información y les ayudan a gestionar su ansiedad. Además tienen que prepararles para lo que pueda ocurrir: "Lo mejor para evitar un impacto traumático y que luego eso produzca un trastorno posterior es asumir la realidad, y la realidad es la que es". Prepararlos para que el impacto sea menor, y filtrar la información. Hacer de enlace y dar solo información oficial.

Bomberos de todo el mundo asisten hoy a un curso de formación para aprender a manejarse en rescates. Saben que también los profesionales pueden sufrir daño psicológico después del intenso esfuerzo: "Cuando todo aquello acabe, seguramente habrá gente que se pase los días durmiendo, que lo pase mal". La tensión y el seguimiento está siendo tan fuerte, que los expertos aseguran que cualquier persona que haya seguido los trabajos de rescate podría tener estos días síntomas leves de ansiedad o tristeza.

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