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María y Roberto llevan tres años en el Equipo de Negociadores de la Policía Nacional. Son los dos agentes que viajaron a México para negociar la liberación de María Villar, secuestrada cuando viajaba en un supuesto taxi.
Según explican los policías que investigaban el secuestro, "María intentó escaparse, forcejeó con uno de sus secuestradores, y entonces el conductor del taxi utilizó una pistola de descargaa eléctricas, le dio a una y con esto la redujeron e inmovilizaron".
El rescate se pagó horas antes de que
ellos llegaran, pero tardaron varios días en saber que María ya había sido
asesinada. Durante su secuestro, la víctima habló dos veces con su marido.
María confiaba en recobrar su
libertad. Es lo habitual cuando la familia del secuestrado hace efectivo el
rescate. Pero los secuestradores no eran profesionales, ni siquiera disponían
de un piso donde esconderla. De hecho, estuvo todo el tiempo que duró su
cautiverio, unas 30 horas, en el interior del taxi.
Los asaltantes quisieron obligar a María
a sacar dinero de varios cajeros antes de liberarla. Su nivel de vida y el
hecho de ser extranjera les hizo ser ambiciosos. El único detenido hasta ahora simultaneaba
su trabajo en un restaurante con su actividad criminal.