TRAYECTOS DE INCLUSO DOCE HORAS
El vuelo más complejo que puede realizar un piloto es el viaje al ojo del huracán. "Se te mueve todo, te sometes a una aceleración muy extraña para nosotros que es hacia arriba", asegura un piloto. Antes de llegar al centro de la tormenta, el avión atraviesa una muralla de agua, es la parte más difícil de atravesar con fuertes vientos y turbulencias.
Los expertos explican que es muy parecido "a cuando un cirujano entra en una operación dentro de un enfermo para saber qué ocurre". Un trayecto que puede durar incluso doce horas.
Estas complicadas misiones de reconocimiento son fundamentales para tener más datos sobre el fenómeno meteorológico. Se puede validar mucho la mejora de la temperatura, la presión, etc. Los expertos aseguran que por cada dólar invertido en estos vuelos se ahorran veinte euros en daños y destrucción.