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"Estamos hablando de medicamentos de uso muy habitual", asevera el doctor José María Domínguez para referirse a los medicamentos que pueden afectar a la conducción.
Normalmente, se trata de "los que se usan para el trastorno del sueño", como sedantes o antipsicóticos. También están incluidos "algunos antihistamínicos o algunos fármacos que se utilizan para el tratamiento de alergias o, incluso, de un resfriado común", explica Domínguez.
Los efectos pueden ser múltiples y, sobre todo, hay una gran variabilidad entre una persona y otra. Algunos de los efectos más frecuentes son "la somnoliencia y la disminución de los reflejos, efectos que pueden limitar la capacidad de la conducción".
Asimismo, hay otros medicamentos que "tienen una capacidad euforizante, lo que hace que el conductor no sea consciente del peligro", concluye.
Para evitar correr riesgos, se debe mirar el prospecto de los medicamentos y comprobar si aparece la 'señal' de un coche dentro de un triángulo. De hecho, existe un documento en el que se analizan los riesgos y los medicamentos incluidos en la lista, aunque no tiene una validez legal.