COSTUMBRES PELIGROSAS
Ingerir mucho alcohol o muchas drogas no es, para los jóvenes, consumo excesivo. Para ellos el abuso es, según saben los expertos de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), que "aparezcan una serie de consecuencias negativas que tienen que ver con el descontrol, con el vómito, con la pérdida de consciencia, con los problemas".
Es decir, si no hay problemas no hay excesos. Por eso "organizan el consumo para que, en lo posible, no se den esas consecuencias negativas".
No les importa el cuánto sino el cómo se consume. Lo peor, según los expertos, es que ya son varias las generaciones que asumen esta forma de consumo entre los jóvenes como aceptable.