LOS FALLOS DEL DESAYUNO ESPAÑOL TRADICIONAL
Hay varios motivos por los que la mayoría realizamos este hábito erróneamente. El primero es el poco interés nutricional que le dedicamos a esta comida. Para muchos resulta más cómodo recurrir a galletas, cereales azucarados o bollería.
El desayuno tradicional no ha evolucionado en los últimos 30 años, a pesar de tener a nuestro alcance la información necesaria. De hecho, si pedimos sustituir el desayuno tradicional con otros alimentos, a muchos no se les ocurre ninguna alternativa.
Tampoco ayuda el personas sanitario pediátrico poco actualizado. Profesionales en los que creemos ciegamente, que no pautan este hábito como es debido. De hecho, han contribuido a mantener en nuestra dieta estos alimentos insanos.
Aclaremos que no desayunar reduce el rendimiento y la concentración, y además fomenta que acudamos a alimentos no beneficiosos para nuestra salud. Mientras que hacerlo, nos aporta no perder masa muscular y añadirle energía a nuestros músculos. También mantiene activo nuestro metabolismo, evitando la acumulación de grasas. Además favorece que comamos sano el resto del día. Para ello, deberemos introducir alimentos como el trigo, la avena, el yogur griego, fruta, huevos… Que son aquellos que resultan beneficiosos para comenzar con fuerzas nuestro día, ya que aportan la energía que necesitamos.