Gota fría
Las brutales inundaciones ocasionadas la noche del 12 al 13 de septiembre fueron una catástrofe histórica. Hacía más de 140 años que no ocurría una tormenta de tal magnitud en nuestro país.
La lluvia torrencial provocó el desbordamiento de ríos, sobre todo el Segura, inundó poblaciones enteras y obligó a rescatar a centenares de personas en apenas cuatro días. Aunque la mayoría se salvaron, las inundaciones mostraron su peor cara ocasionando la muerte de siete personas en Alicante, Albacete y Granada. El último fue un hombre de origen holandés de 66 años.
La tormenta afectó a cuatro comunidades, pero especialmente a la vega baja del Segura. La localidad de Los Alcázares, en Murcia, fue una de las más afectadas. A día de hoy, las afueras del pueblo están repletas de electrodomésticos, muebles y vehículos inservibles. En total, cinco toneladas de enseres acumulados esperando a ver qué se va a hacer con todos estos escombros.
La Sala de Emergencias hace balance un mes después de las grandes riadas. "Mucho trabajo. Reconstrucción de todas las viviendas afectadas. También de todos los edificios y las instalaciones administrativas que se han visto afectadas", ha señalado Sergio Gil, jefe del Gabinete de Crisis.
La playa se ha quedado destrozada, no queda ni arena. Además, 15.000 coches han quedado inutilizables y 14.000 casas fueron afectadas.
Este domingo 13 de octubre volvieron a reunirse los miembros de las fuerzas de seguridad implicados en la gota fría. Un mes después de la tragedia que cambió sus vidas.