EL TRÁFICO SE VE AFECTADO
Ponerse al volante en las últimas semanas ha sido una práctica de riesgo para los conductores gallegos. La lluvia obligó a moderar la velocidad y a esquivar charcos de varios metros. Ahora el temporal da un respiro pero quedan grietas y socavones que impiden bajar la guardia.
En Santiago se han contabilizado más de 2.000 baches. En lo que llevamos de año no ha dejado de llover ni un día, con precipitaciones de hasta 60 litros por metro cuadrado que han hundido el asfalto y se han llevado el alquitrán.
Mientras los temporales no den una tregua no se podrá proceder a las reparaciones, como en la carretera de Mondariz, en Pontevedra, que se desplomó abriendo un boquete de 25 metros de profundidad por la lluvia acumulada. De momento la Xunta destinará 600.000 euros para actuaciones de urgencia en carreteras.