Las tropas legionarias, procedentes del Tercio "Duque de Alba", han desembarcado en el puerto de Málaga para trasladar al Santísimo Cristo de la Buena Muerte desde su templo hasta la Casa Hermandad, en un tradicional acto al que han asistido miles de personas. El tiempo ha permitido que malagueños y visitantes disfrutaran de uno de los momentos más especiales de la Semana Santa malagueña.
En Sevilla se respiraba desilusión y resignación ya que los pasos de la Hermandad de las Cigarreras han tenido que quedarse en capilla para refugiarse de los chubascos. La Hermandad de los Negritos tampoco ha podido salir.
En Zamora el tiempo también dio una tregua. La procesión de El Silencio impuso solemnidad en las calles zamoranas con más de 1.000 cofrades a los que apenas se escuchaba respirar. No sucedió lo mismo en Zaragoza donde las carracas llenaron de ruido la noche del Miércoles Santo, antiguamente los cofrades usaban campanas que fueron sustituidas por carracas ya que el sonido de las primeras sonaba 'demasiado alegre'.