Barakaldo
Las familias de cuatro menores denunciaron ante la Ertzaintza los tocamientos y comentarios inapropiados de contenido sexual del entrenador hacia sus hijas.
El Juez de Guardia ha tomado declaración en los Juzgados de Barakaldo durante toda la mañana al entrenador y a las cuatro menores, de entre catorce y dieciséis años. Tras escuchar a las partes ha decretado la libertad provisional del investigado.
Las alarmas saltaron la semana pasada cuando varias jugadoras del Club de fútbol Pauldarrak de Barakaldo pusieron en conocimiento del delegado de protección de la infancia de la entidad lo que les habían contado sus compañeras de categorías inferiores. Según la declaración de las menores, el entrenador las habría sometido a tocamientos y habría realizado comentarios de inapropiados de índole sexual. Al parecer, una de las denunciantes además relató otro tipo de ataque sexual que no ha trascendido. Tras conocer los hechos, el Club recomendó a las niñas que pusieran todo en conocimiento de sus familias y las animó a denunciar los hechos ante la Ertzaintza.
Pocos días después, el pasado Domingo, Las familias se personaron ante la Comisaría de la Policía Autonómica para formalizar esa denuncia a la que también se ha sumado el propio Club deportivo.
El profesor acusado llevaba al menos una década entrenando a las categorías inferiores del Pauldarrak. Tras conocer las acusaciones, el Club decidió apartarle provisionalmente hasta que se esclarezca todo lo ocurrido. En este sentido, Iñaki Alonso, Delegado de Protección de la Infancia de la entidad, destacaba que están viviendo un momento duro y complicado al conocer unas acusaciones tan graves contra una persona a la que conocen desde hace muchos años. En cualquier caso, subrayaba que por responsabilidad ética y moral acompañarán a las jóvenes en todo momento. No se descarta que en los próximos días se sumen nuevas denuncias al caso que investiga la Ertzaintza.
En un comunicado hecho público esta tarde, el Club Pauldarrak lamenta profundamente la situación generada por las presuntas conductas violentas de uno de sus entrenadores. En el texto reiteran que están atendiendo a las menores en todo el proceso y que han apartado al presunto agresor de sus funciones. Entienden que deben ser transparentes para priorizar el bienestar de las jóvenes destacando que se han puesto a disposición de la investigación desde el inicio. Por último, consideran que condenar y desmarcarse de estos hechos no es suficiente. Destacan por ello la necesidad de una formación y unos protocolos que sean ejecutados de verdad. Concluyendo que esa es la única forma de enfrentar cualquier hecho violento que afecte a la infancia, especialmente cuando es en tu casa.
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