EL CASO DE ANDREA REABRE EL DEBATE
La muerte digna y sus matices generan siempre polémica pero si los que tiene que morir son niños la situación se complica. Para algunos es muy difícil determinar cuándo se ha llegado al final, otros lo tienen muy claro.
Manuel Martín, de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública cree que "cuando una enfermedad es irreversible y esta enfermedad nos produce un dolor insoportable lo lógico es retirar esa medicación que mantiene con vida artificialmente a la persona".
A pesar de que existe una ley a nivel estatal que regula la muerte digna tanto para algunas asociaciones cristianas como para las que defienden la regulación del suicidio asistido esta normativa deja demasiado margen al criterio médico. Alfonso Alonso, Ministro de Sanidad, cree que "es bueno escuchar a los profesionales y hacer estas cosas con serenidad".
En nuestro país ha habido algunos casos similares. El último lo protagonizó una mujer que pasó 40 de sus 51 años enferma. Sólo podía mover los dedos de la mano, de los pies y algunos músculos de la cara. No quería prolongar más su sufrimiento y pidió que le desconectaran de la máquina que la ayudaba a respirar.
Al final lo consiguió y poco después la junta de Andalucía aprobaría una normativa sobre muerte digna. El mismo caso ocurrió en Argentina. Camila de 3 años se convirtió en todo un símbolo. Había nacido con secuelas graves neuronales y necesitaba alimentación asistida. Los médicos se negaban a a desconectarla. Su madre inició una campaña que llegó hasta la presidenta Kischner. Se cambiaron las leyes y un mes después fue desconectada.
Pero quizás el caso más conocido fue el de la italiana. Eluana Englaro , en coma durante 15 años . Sus padres llevaban 10 batallando para que la dejaran morir. Tuvo que intervenir el tribunal supremo italiano para que las trasladasen de hospital y que su hija pudiera morir como ellos querían.