ADMIRADA POR SU ARTE Y ESFUERZO
Laura Luelmo siempre quiso dar clases de bellas artes y tenía vocación por el dibujo, lo que la llevó a hacer prácticas en la Biblioteca Nacional de España, donde este martes le han guardado un minuto de silencio.
Tenía sólo 26 años y era de Zamora. Allí trabajó como profesora de plástica hasta que le llamaron para cubrir una vacante en el instituto de Nerva. Por eso, se mudó a El Campillo a una casa en alquiler en busca de una nueva oportunidad. Lo aceptó para seguir en la bolsa de empleo de docentes de Andalucía, la plaza con la que ella soñaba. Además, había viajado a México y Valencia para completar su formación.
Los que la conocían admiraban su arte y su esfuerzo por conseguir todas sus metas. Algunos de sus diseños, los colgó en sus redes sociales, y su último tuit fue este homenaje a la mujer trabajadora: