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Cambio de hora

El laborioso trabajo del relojero del Palacio Real ante el cambio de hora: cambiar 200 relojes

"Cambiar de hora los cerca de 200 relojes que hay en el Palacio Real es una tarea muy laboriosa".

La madrugada del sábado al domingo llega el cambio de hora, a las tres de la madrugada serán las dos, de manera que se duerme una hora más y hay que atrasar una hora los relojes. Este es uno de los días de más trabajo para el relojero del Palacio Real, que tiene que cambiar, nada más y nada menos que 200 relojes.

José Antonio recorre cada sala del Palacio Real y está atento hasta el más mínimo ruido. Tan solo le falta el fonendo, pero con escucharlos adivina el estado en el que se encuentra cada reloj. Explica José Antonio Gismera, el relojero del Palacio Real, que "el sonido tiene que ser redondo, un sonido que veas tú que ni avanza ni se queda atrasado". Y es que, allí no hay relojes de pulsera que cambien de hora en segundos. Se trata de una colección de siglos, desde el XVI. Los hay que son una mesa, astronómicos, hasta jarrones autómatas que golpean la fragua o elefantes que mueven la trompa.

"Cambiar de hora los cerca de 200 relojes que hay en el Palacio Real es una tarea muy laboriosa. Son auténticas piezas de colección. Su maquinaria es muy poco convencional. Este reloj por ejemplo es astronómico, tiene fases lunares y también autómata. Ajustarlo al horario de invierno cuesta un día" explica.

El relojero del Palacio Real nos cuenta que "cuando es el horario de invierno lo que hay que hacer es pasar todas las horas esperando que suenen. Las agujas siempre hacia delante. Aún quedan muchos relojes por cambiar de hora para marcar con su tic tac el paso inevitable del tiempo".

Este domingo dormiremos una hora más, lo que también quiere decir que el invierno está cada vez más cerca.

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