GIRONA
Desde que han finalizado las obras de la N-II vuelven a verse las prostitutas a la altura de Palafolls, en Girona. Ya no se colocan en el arcén para evitar las sanciones de las patrullas de tráfico pero colocan sus sombrillas y sillas como reclamo, mientras esperan muy cerca.
En estos puntos, de fácil acceso y salida, es donde el Ayuntamiento de Palafolls piensa colocar barreras de plástico para evitar que los clientes puedan estacionar sus coches.