Coronavirus
La basílica de la Sagrada Familia ha acogido este viernes la primera misa desde que se decretase el estado de alarma. El cardenal Joan Josep Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal, ha pedido "descanso eterno y luz perpetua" para las víctimas del coronavirus.
La misa se ha celebrado con un aforo reducido y a ella han acudido feligreses y sacerdotes con mascarillas. Se ha cumplido con la distancia social en los bancos y el altar.
Omella ha querido "en medio del dolor" por tantas pérdidas, "felicitar a los que han dedicado esfuerzo y tiempo y energías a ayudar a los contagiados". El cardenal ha destacado que estas semanas "ha habido mucha solidaridad" y ha recordado que "solo el amor salvará a la humanidad".
"Gracias padre porque aún hay muchos corazones como el de tu hijo que se conmueven por el dolor, la enfermedad y la falta de recursos básicos", ha dicho.
La próxima misa tendrá lugar el 28 de junio con la ordenación de cinco sacerdotes y en julio se celebrarán de nuevo eucaristías para agradecer a los que han estado "en primera línea", así como para los ciudadanos de Barcelona que quieran disfrutar del templo, en otras circunstancias tomado por los turistas en estas fechas.