LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO
Agentes de la Policía Nacional han recuperado en Algeciras (Cádiz) tres vehículos todoterreno, utilizados para el transporte de grandes cantidades de hachís tras ser alijadas en la costa del Campo de Gibraltar, y han decomisado más de dos mil litros de gasolina destinados a abastecer las denominadas narcolanchas. La investigación realizada ha permitido detener a dos miembros de un grupo dedicado a dar cobertura logística a otras organizaciones dedicadas al tráfico de drogas.
La investigación comenzó cuando los investigadores recabaron diversas informaciones que apuntaban a la existencia de un grupo, asentado en el Campo de Gibraltar, encargado de dar cobertura logística a otras organizaciones de la zona dedicadas al narcotráfico. Concretamente, se encargaban de abastecer de vehículos todoterrenos de gran capacidad de carga, que previamente robaban, y del combustible que las denominada narcolanchas necesitas para realizar los portes de droga.
Fruto de las pesquisas realizadas, los investigadores averiguaron el lugar donde se guardaban los vehículos robados a la espera de poder realizar la carga de la droga en los alijos. Además, se comprobó como la gasolina era transportada de madrugada en furgonetas de carga, para no llamar la atención de las fuerzas policiales.
Una vez recabados estos datos, los agentes realizaron la entrada en la nave donde se encontraban los vehículos y hallaron tres todoterrenos que figuraban sustraídos. Todos ellos habían sido acondicionados para la carga de los fardos de hachís al serle retirados los asientos traseros y otros elementos para disponer de capacidad. El interior del habitáculo se encontraba lleno de arena, por lo que ya habían sido utilizados para alijar la droga.
En el lugar se detuvieron a las dos personas que se encargaban de la custodia de los todoterrenos, ambos con antecedentes penales, y al registro de uno de los domicilios donde se incautaron cinco teléfonos móviles, dinero en efectivo y diversa documentación.
Por otro lado, los investigadores establecieron un dispositivo de vigilancia sobre los vehículos utilizados para el transporte del combustible. Los agentes dieron el alto a dos furgonetas que transportaban un total de dos mil litros de combustible repartidos en garrafas, constituyendo además un claro peligro para la seguridad ciudadana debido a la peligrosidad de las condiciones en que se transportaba un material altamente inflamable.