Coronavirus
La parroquia de Santa Anna de Barcelona se encuentra desbordada ante la cantidad de personas que acuden a diario para el reparto de comida o de otros materiales.
Centenares de personas acuden cada mañana a esta parroquia, donde se forman larguísimas colas que llegan al medio kilómetro, para recoger una bolsa de comida. Cada vez hay más gente y, a veces, no hay recursos para abastecer a todos.
El perfil ha cambiado, ya no son solo personas sin hogar, sino que son familias que se han quedado sin recursos y sin ingresos a consecuencia de la crisis del coronavirus. "Hay gente que viene con vergüenza a pedirte porque no era gente acostumbrada", cuenta Adrià Padroda, coordinador de voluntarios.
Desde que empezó la pandemia de coronavirus, en Barcelona se ha triplicado la demanda de ayuda alimentaria a los servicios sociales municipales y también a las entidades sociales, y la previsión es que esta vaya a más en los próximos meses por la crisis económica.
Por esta razón, el Ayuntamiento de Barcelona ha llegado a un acuerdo con Cruz Roja y Caritas para que estas dos entidades repartan tarjetas monedero, que permiten comprar alimentos y productos higiénicos, por un valor de medio millón de euros.