Málaga
Es una de las historias de abandono de menores más tremendas conocidas en nuestro país. Sucedió en Málaga, en 2018, y ahora la mujer, la madre, que se sienta en el banquillo por el asesinato y abandono de su bebé de 17 meses ha reconocido los hechos ante el tribunal.
La mujer dejó a la pequeña con un biberón y unas galletas en una habitación, con la puerta cerrada y las ventanas bajadas en Málaga. Ella cerró la puerta de su casa y nunca más volvió. Cuando un mes más tarde la Policía Local entró en la vivienda encontró, evidentemente, a la niña, a Camelia, muerta.
La vida de la pequeña Camelia
Es el final de una vida de abandonos continuados. La mujer ha reconocido su intensa vida nocturna, que trabajaba en una discoteca, que muchas veces no llegaba a casa hasta la tarde, que en otras ocasiones, incluso, se quedaba en casa de un amigo mientras la niña estaba sola en casa, malnutrida, sucia, sin cuidados.
Según el fiscal, la mujer, que responde al nombre de Sara, de 22 años, se quedó embarazada en su país, Marruecos, y se trasladó a España a finales de marzo de 2017 para ocultar el embarazo a su padre aunque la madre y los hermanos de la joven la mantenían en Vélez-Málaga al disfrutar de "una posición económica desahogada".
La acusada dio a luz el 4 de mayo de 2017 en Málaga y se quedó a vivir en la casa de su hermana y su cuñado, que iban y venían de Marruecos. La situación se prorrogó hasta mediados de 2018 y en ese tiempo consiguió plaza gratuita en una guardería en Málaga para que ella pudiera ir a clase, aunque asistía "en muy contadas ocasiones" según el fiscal.
Trabajo en la discoteca
Luego se alquiló una vivienda en Málaga y ahí perdió la plaza de la guardería de la pequeña al no tramitar las gestiones. Comenzó entonces a trabajar de noche en una discoteca y empezó a dejar sola a la niña de poco más de un año, cuando sólo gateaba y no era capaz de caminar por sí misma.
La madre, a pesar de terminar su turno a las 6 de la mañana, ha reconocido que no volvía directamente a casa. A veces llegaba a mediodía mientras la niña seguía sola y desatendida.
Más tarde, empezó a faltar más tiempo porque se iba a casa de un amigo y sólo iba a ver a la pequeña para alimentarla y poco más.
Aunque ya no trabajaba en la discoteca en Málaga, Sara no renunciaba a su vida nocturna, según ha confesado entre llantos en la primera sesión del juicio.
Dejó a la niña sobre la cama, con un biberón y unas galletas, y se marchó
La Fiscalía relata que, al parecer, en un momento no determinado, pero en torno al mes de octubre de 2018, la acusada “abandonó definitivamente el apartamento y dejó a su hija en el dormitorio, sobre la cama, con la puerta cerrada y la ventana con la persiana bajada, en condiciones de oscuridad, tan solo con un biberón y unas galletas”.
El fiscal sostiene que la procesada no comunicó ni a sus amigos ni a su pareja sentimental ni a su familia el paradero ni la situación del bebé, "aceptando con ello que se iba a producir su fallecimiento en breve tiempo"
Un mes más tarde, en noviembre, los hermanos de la mujer viajaron a Málaga porque no podían contactar con ella y cuando la encontraron les mintió. Aseguró que la bebé estaba con una mujer en Nerja (Málaga) y que hacía cuatro días que no la veía. Pero, al insistir los familiares "les dijo que la había dejado sola en casa hacía un mes, tras lo que se dio a la fuga", señala el escrito de conclusiones provisionales.
Camelia murió al poco de ser abandonada
Los hermanos comunicaron lo ocurrido a la Policía Local que fue al apartamento donde encontraron a la pequeña muerta en Málaga. Según los datos de autopsia y los análisis realizados, el fallecimiento se produjo en un periodo mínimo de entre 26 y 30 días antes de haberla encontrado y la causa principal fue el abandono, que incluye cuadros de malnutrición, deshidratación, inanición y falta de cuidados médicos e higiénicos.
Los vecinos contaron que la pequeña lloraba todos los días, con frecuencia, hasta que se quedaba callada extenuada por el llanto en Málaga.
En plenas facultades
La Fiscalía solicita un año de prisión por el delito de abandono y 20 años por el de asesinato, la joven presenta personalidad inmadura, destacado egocentrismo y dificultad para renunciar a sus satisfacciones, pero no presenta patología psiquiátricas.